Proceso de trabajo
Una vez que una empresa decide acometer su expansión bajo el modelo de franquicias, lo primero que tiene que tener en cuenta es que hay que cumplir una serie de requisitos mínimos para convertir lo que hasta en ese momento era una empresa enfocada a la atención de sus clientes, en una empresa que seguirá atendiendo a sus clientes, pero que a su vez, contará con un ente superior denominado “central franquiciadora”, que se encargará de la expansión, la gestión y el control de todos los centros de la cadena. Para poder alcanzar este nuevo objetivo, será necesaria una organización diferenciada y una estrategia específica, que desglosamos en diferentes fases:
DESARROLLO DEL PROYECTO DE FRANQUICIAS
Fase fundamental en la que se asientan las bases del proyecto, y cuyo correcto desarrollo condicionará la sostenibilidad futura de la cadena.
- Auditoría inicial de la empresa. Auditoría inicial y adaptación del modelo de negocio a las necesidades y requisitos del formato de expansión de franquicia, evaluando distintos aspectos de la empresa.
- Modelo de negocio y memoria descriptiva.
- Asignación del “consultor dedicado” para el asesoramiento permanente durante el desarrollo y/o comercialización de la franquicia.
- Desarrollo de los manuales operativos de la franquicia.
COMERCIALIZACIÓN
- Planificación de la estrategia de expansión y venta activa de centros franquiciados.
- Selección del franquiciado y análisis de viabilidad del franquiciado potencial.
SEGUIMIENTO DE LA RED DE CENTROS FRANQUICIADOS.
- Control y mediación contractual entre el Franquiciador y Franquiciado.
- Elaboración y realización del Check-list anual de la red de franquicias.
Desde el momento en que un cliente decide empezar a trabajar con nosotros, se pone en marcha un proceso perfectamente definido en el que se acometen todas y cada una de las fases necesarias para garantizar la correcta evolución del proyecto: